Amazonías ilustradas

Natalia Majluf

Las imágenes no suelen ser un objeto real de estudio para los historiadores “a secas”, como a veces los llamamos. Cuando aparecen en textos de historia, funcionan como apoyos gráficos –cuando no mero adorno–, o ilustraciones de ideas que ocurren en otro lugar. El problema más grave, decimos los historiadores de la cultura visual, es que los historiadores creen demasiado en las imágenes, que las toman por ciertas. En este contexto, el libro de Núria Sala i Vila sobre las imágenes de los pueblos de la Amazonía en el siglo XVIII se convierte en una verdadera contribución, que revela y expone con precisión la naturaleza convencional y la densa complejidad del universo visual que estudia.

El libro se inicia con un breve recorrido por lo que la autora llama las “percepciones locales” de los pueblos amazónicos que se registran en los dibujos de Felipe Guaman Poma de Ayala, en la iconografía de los keros y en las danzas de “chunchos”, una discusión, que, por su brevedad, sirve esencialmente para introducir un cuerpo de imágenes que se diferencia, tanto en sus funciones como en sus soportes, de ese otro universo de ilustraciones producidas por misioneros, científicos e intelectuales durante la segunda mitad del siglo XVIII y que conforma el eje central de la investigación. Y, aunque la autora alude a la compleja imbricación de esas representaciones en el imaginario social y a su continuidad incluso más allá del período colonial, al ubicarlas al inicio del libro parece sugerir que forman parte de otro momento, más bien ligado al pasado inca. Al hacerlo, separa también ese universo iconográfico del cuerpo de imágenes ilustradas que el libro estudia, dejando pasar la oportunidad de entender los posibles trasvases, o acaso incluso la falta de verdadera conexión, entre las imágenes populares de los “chunchos” y los discursos surgidos con la ilustración. 

Sala i Vila usa productivamente las múltiples compilaciones, ediciones facsimilares y bases de datos digitales que, gracias al trabajo diligente de diversas instituciones, especialmente las españolas, han dado acceso a un enorme archivo de documentos e imágenes que la historiografía, sin embargo, no ha sabido todavía aprovechar en todo su potencial. De ese gran repertorio documental la autora extrae las imágenes que representan a los diversos grupos étnicos de la cuenca amazónica. Así, el libro puede pensarse como un catálogo razonado que permite describir un cuerpo de obras, documentarlas y analizarlas con precisión y con ambición exhaustiva. La reunión de esas imágenes procedentes de distintas fuentes y reproducidas a todo color convierte al libro en una referencia obligada para futuros estudios sobre la iconografía amazónica.1

El libro compila pinturas, estampas, mapas y dibujos asociados a manuscritos producidos en el marco de tres actividades centrales: las expediciones científicas, las comisiones encargadas de la demarcación territorial y el trabajo misionero. Cada capítulo puede leerse como un análisis de un cuerpo preciso de imágenes, desde las grandes pinturas que narran el martirio de los frailes en el Amazonas, pasando por los cuadros de castas del virrey Amat, las acuarelas del obispado de Trujillo de Martínez de Compañón y las imágenes de la visita a Moxos de Lázaro de Ribera, pasando por los proyectos de descripción territorial del virrey Gil de Taboada y Francisco de Requena, hasta llegar al Quadro del Perú de Luis Thiebaut, obra que, de diversas formas, sintetiza toda la producción anterior. 

Apoyándose en las contribuciones de investigadores como Daniela Bleichmar, Víctor Peralta y Fermín del Pino, entre otros que han documentado y explorado el archivo visual del XVIII, la autora recupera el contexto documental de cada pieza para reconstruir el ámbito intelectual y político de producción de las imágenes. Esto le permite confrontar las fuentes textuales con lo que las imágenes muestran, detectar las inconsistencias entre una y otra y exponer cómo la ideología conforma códigos visuales que permiten ver solo tangencialmente aquello que supuestamente representan (156-157, por ejemplo). Permite también comprender la parte que las imágenes juegan en la formulación de ideas, discursos y políticas de estado.

Como el título mismo de Ilustrados y franciscanos señala, el libro hila la historia de dos grupos que rara vez son estudiados en conjunto. Se recupera así el papel que los franciscanos –figuras como Manuel de Sobreviela y Narciso Girbal– tuvieron como “agentes imperiales” tras la expulsión de los jesuitas, especialmente a través de su proyecto de penetración en el Ucayali desde Santa Rosa de Ocopa, y la forma cómo llenaron un “vacío científico” a través de un trabajo cartográfico que les permitió “visualizar y proyectarse políticamente sobre un territorio que se había vuelto estratégico” (166-67). Traza cómo las imágenes e informaciones producidas desde la perspectiva franciscana sirvieron como insumo para las producciones científicas ilustradas de intelectuales radicados en Lima o en España que jamás pisaron la Amazonía. La intensa circulación de esas imágenes en el espacio trasatlántico le permite a Sala i Vila entender no sólo el diálogo entre actores diversos, lo cual permite la imbricación de distintos saberes en el pensamiento ilustrado, sino también dibujar una geografía del conocimiento cada vez más amplia y compleja.

La apuesta metodológica de centrarse en las representaciones de la Amazonía permite a la autora profundizar en detalles que son clave para comprender la deriva de las imágenes y de los proyectos más amplios en que se produjeron. Uno de los argumentos centrales del libro se resume gráficamente en el anexo final, dedicado a los “préstamos estilísticos y de leyendas en los indios de la Montaña Real insertos en los distintos manuscritos de la Relación de Gobierno del Virrey Gil de Taboada y Quadro del Perú”. Allí se confrontan las imágenes de cinco fuentes: las tres versiones ilustradas del gobierno del virrey, un conjunto de láminas del Museo de América y el Quadro del Perú. Es posible ver con nitidez que, en su mayor parte, las imágenes que se presentan como descripción verista dentro del proyecto ilustrado son en realidad préstamos tomados de un repertorio muy limitado de fuentes. Como señala la autora también en relación con otras obras discutidas en el libro (58), la región amazónica permaneció como un territorio poco explorado, que solo un puñado de autoridades y científicos alcanzaron a recorrer y registrar directamente, y que las escasas imágenes que crearon fueron recicladas y reutilizadas por diversos artistas y editores en los años y décadas siguientes. Como luego ocurriría con la retórica descriptiva del costumbrismo, el discurso científico se sustentó también en rígidas convenciones visuales. 

Pero lo que representa la virtud del método –enfocar con precisión un cuerpo de imágenes– termina convirtiéndose también en lo que impone límites a la reflexión. Si bien es cierto que el libro reconstruye los espacios de producción de las imágenes para ubicarlas en su preciso contexto documental–del que muchas veces han sido separadas–, al centrarse exclusivamente en los tipos individuales de los pueblos amazónicos las imágenes se aíslan de un campo más amplio de figuraciones y discursos. A lo largo del libro, por ejemplo, la autora señala cómo los “antis” se erigieron en una figura de alteridad que se opuso a esa otra encarnada en la población indígena asimilada al estado colonial (que la autora designa como “indios serranos”, 42). Para Sala i Vila, “los españoles asumieron desde la Conquista y primeros contactos con las elites incaicas la existencia de una doble alteridad indígena, que situaba en posiciones de inferioridad y confrontación bélica a los chunchos-antis del Antisuyo, descritos como guerreros salvajes, antropófagos y sin Dios ni gobierno” (46). Hubiera sido interesante que esa problemática pudiera contrastarse con las imágenes de otros grupos étnicos e incluso con la premisa misma de la figuración de la etnicidad en la gráfica de la ilustración. El enfoque cerrado sobre las imágenes de la Amazonía termina por desvincular la discusión de debates historiográficos más amplios acerca del proceso de la ilustración. 

El libro se cierra con la pregunta por los dibujantes y pintores que produjeron las imágenes, cuyas biografías –y hasta identidades– incluso la profunda investigación de Sala i Vila no logra completar. El perfil difuso de sus trayectorias y, en algunos casos, su total anonimato, sin duda dice mucho acerca del lugar que ocuparon en la cadena de producción de conocimientos. Acaso su invisibilidad derive también de la naturaleza de las imágenes que crearon, en tanto registros que podrían reclamar mayor transparencia en la medida en que más invisibles fueran sus autores. Como demuestra Sala i Vila, la retórica de la transparencia tendió a ocultar la genealogía de un archivo visual producido a partir de citas, préstamos e incluso “mentiras” (221-222). El libro contribuye a cuestionar la noción de transparencia como una construcción de la cultura visual ilustrada, pero, a la vez, nos revela los poderosos efectos de la intensa circulación de esas imágenes opacas en el espacio trasatlántico.


Núria Sala i Vila. Ilustrados y franciscanos. La iconografía de los indios amazónicos en el Perú del siglo XVIII. Papers de l’IRH, 5. Girona: Documenta Universitaria, 2021. 258 páginas.


Crédito de la imagen principal: «Plan Del curso d[e] los Rios Huallaga. y Vcayali. y de la pampa del Sacramento» (detalle), publicado por la Sociedad de Amantes del País. Lima: Imp. Real de los Niños Huérfanos, 1791. Cortesía: John Carter Brown Library. JCB Map Collection, CB791 M556p. copy 1.

Crédito de la imagen interior: «Relación de govierno del Excmo. Sor. Virrey del Perú Frey D. Francisco Gil de Tobada y Lemus: presentada á su succesor el Excmo. Sor. Varon de Vallemani año de 1796». Cortesía: Dumbarton Oaks Research Library and Colection, Trustees for Harvard University, Washington, DC.

Notas

  1. Es una pena, sin embargo, que los editores hayan optado por incluir las leyendas a las imágenes al final del libro, lo cual dificulta mucho la lectura y el seguimiento de los argumentos visuales que la autora propone.

20.08.2022

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