El corredor que va del pueblo de Sayán a Cerro de Pasco tenía como eje la doctrina de Checras (Rosado 2018), ubicada en las alturas de la antigua provincia de Chancay. Este espacio jugó un papel importante durante el proceso de la independencia y ha sido estudiado por Rosas Cuadros (1976) en el contexto del Sesquicentenario. Rosas destaca los aportes–entiéndase recursos– entregados a los jefes militares de las expediciones libertadoras y los servicios prestados por los pobladores a la independencia.
Sin embargo, los documentos que en su momento fueron consultados por Rosas en la Biblioteca Nacional del Perú no son los únicos sobre el tema que se hallan en este repositorio. Nuestra búsqueda nos ha permitido identificar una serie de cuadernillos de un expediente judicial que nos muestra no solo los aportes, sino la forma como las contribuciones fueron conseguidas por la autoridad político-militar patriota y las reacciones de la población representada por sus alcaldes, un tema no contemplado por la historiografía del Sesquicentenario. En tal sentido, el objetivo de esta investigación es resaltar el juicio de residencia contra Pablo Mena, encargado político-militar de Checras, a quien se le acusó de una conducta despótica.
Checras: participación y aportes durante en el proceso de la independencia
Con el desembarco de la expedición libertadora en el puerto de Huacho, en la costa de la provincia de Chancay, entre el 10 al 12 de noviembre de 1820, tras permanecer mes y medio en Pisco, se dio inicio a la demanda de recursos para el sostenimiento de las tropas (Rosado 2021). También fue preocupación de San Martín resguardar el corredor que conectaba la costa con las minas de Pasco, para lo cual era importante contar con una organización que brindase apoyo militar y logístico en la zona. A fines de enero de 1821, fue reconocida la plana político militar de Paccho y Checras a cargo de las milicias, recayendo en Pablo Mena el cargo de Capitánde la Primera Compañía de milicias de Paccho y Checras, y Gobernador Militar y Político.
La doctrina de Checras fue continuamente transitada por las milicias y guerrillas patriotas; asimismo, estuvo bajo constante amenaza de ocupación por los realistas. Entre diciembre de 1821 y julio de 1822, con Mena a la cabeza de Checras, se desarrollaron una serie de acciones que buscaron, principalmente, controlar la amenaza de un ingreso de las tropas realistas desde Pasco, posicionando espías en las rutas de acceso. En este mismo lapso, los pobladores de Checras juraron la independencia (diciembre), sumándose al llamado para el donativo voluntario para la construcción del navío “San Martín” en la Pascua de Resurrección de 1822.
Los aportes del pueblo de Checras deben entenderse en este contexto. La autoridad político-militar acopió recursos para el sostenimiento de milicias, la guerrilla y la fuerza regular. Rosas ya había documentado, aunque sin indicar las formas que el gobernador político-militar usó para acceder a ellos.
De despotismo realista a despotismo patriota
El juicio de residencia lo inició el Juez de Derecho de la Costa con una sumaria que concluyó en octubre de 1824. La parte demandante estuvo conformada por los alcaldes de los pueblos de Checras. La causa fue vista por el Prefecto del Departamento, el sargento mayor Pedro Cornejo.
Las primeras quejas datan de 1823. José Chávez, antiguo colaborador de Mena, Teniente Segundo de la Segunda Compañía de Paccho y Checras, mestizo de Chiuchin, acusó a Pablo Mena de haberle sustraído cincuenta pesos. Al ver sus intenciones de presentar una queja ante la Presidencia de la Costa, Mena le puso obstáculos para impedir que bajase a la costa. El escrito registra además crímenes de diferentes clases cometidos por el gobernador, como haber tomado dinero de las iglesias y de los donativos que se hicieron para la construcción del navío “San Martín” y de haberse quedado con reses, así como otros abusos en el ejercicio de su cargo.
Pablo Mena presentó ante la presidencia de la Costa el registro de los recursos entregados a los jefes militares patriotas, así como cartas a favor de su conducta suscritas por Florencio López, Manuel Chirino y José Manuel Mudarra. Estos personajes destacaron los servicios que Mena hizo a favor de las tropas regulares y milicias patriotas. Tras ser absuelto de la demanda de los alcaldes del pueblo de Checras, los denunciantes recurrieron al Superior Tribunal, para lo cual otorgaron poder en abril de 1825 a Andrés Avelino Chirri y a Marcos Flores (antiguos colaboradores de Mena). A su vez, los apoderados, uno por su empleo y el otro por su salud, trasladaron el poder al Procurador de la Corte Superior, don Isidro Castañeda.
En el Superior Tribunal, la defensa de Mena estuvo a cargo de Mariano Jiménez, quien solicitó declarar infundados los cargos con el argumento que a dicho tribunal solo le tocaba conocer de los cargos levantados contra Mena en su función como gobernador, mientras que los referidos al cargo militar debían ser vistos en el fuero correspondiente, aceptando tácitamente las múltiples imputaciones.
A su turno, Castañeda rebatió el argumento de Jiménez, manifestando que «El principio que funda sus descargos, tienen por origen, haciéndose una célebre distinción entre cargos Políticos y Militares: más yo no encuentro razón alguna en lo legal para semejante distinción; porque a la verdad, si Mena no hubiese tenido el mando Político de Checras, ¿cómo hubiera podido ejercitar esos actos que hacen relación a lo Militar, sino estuviese autorizado en lo civil?» (énfasis nuestro).
En su alegato en favor de Mena, Jiménez hizo gala de tener recursos para sortear las dificultades que demandaba la defensa de Mena, bajo evasiones y artificios para eludir los cargos. Para justificar el accionar de su patrocinado, manifestó que: «Por desgracia le tocó a mi parte ejercer la autoridad militar y política en su punto como el de Checras que por su inmediación a Chancay donde estuvieron los enemigos y a causa donde se cituaron los gefes de la Patria que cumpliendo las órdenes del Libertador rechazaban y formaban tropas para defender el ingreso de los enemigos para las provincias inmediatas[…] y el que tubo que proveer de víveres, de gente y de ganado, y todo esto no se saca de los pueblos sin violencia, y sin el mayor sentimiento de los contribuyentes» (énfasis nuestro).
A este argumento, Castañeda manifestó que, si bien era válido reconocer el desorden que se vivía en el momento del proceso de la independencia, era más que necesario que la justicia se pusiera del lado de los afectados, pues «Al Perú le cuesta lágrimas y sangre el derrocar el despotismo y a los pueblos se les debe mirar con consideración atendiendo a los sacrificios que acaban de hacer por lograr el fin que desaparezcan entre nosotros, el que no obre arreglado a Ley y principios Liberales que rigen en el Estado. Todo lo qual ha sido atropellado por Mena en el tiempo que mandó la Doctrina de Checras.»
El cuadernillo con la sentencia no ha llegado a nosotros, pero parece claro que, para gran parte de la población, quedó la sensación de haber cambiado un despotismo por otro, ejercido esta vez por los gobernadores, quienes canalizaron la voluntad hacia la patria y movilizaron las fuerzas y recursos, seguramente bajo sus propias expectativas políticas y económicas, como ya habíamos visto para el caso de Huacho con Baltazar La Rosa (Rosado, 2017) y otros más que venimos trabajando.
Bibliografía
ROSADO, Luis A. (2017). “Infieles al rey: El pueblo de San Bartolomé de Huacho durante el proceso de Independencia, 1812-1822” En Narra la independencia desde tu pueblo: Huacho, Arequipa, Tarapacá. Juan Carlos Estenssoro y Cecilia Méndez, editores. Lima, IFEA-IEP, 59- 104.
ROSADO, Luis A. (2018). El partido de Chancay: población, migración y economía a inicios del s. XIX. En: Doscientos años de artes, letras y vida cotidiana en el norte del Perú. Piura: Universidad de Piura, 139- 165.
ROSADO, Luis A. (2021). “El partido de Chancay en la estrategia sanmartiniana para tomar la capital del virreinato peruano (1820-1821)”. En La Expedición Libertadora. Entre el océano Pacífico y los Andes. Lima: IEP, 509-544.
ROSAS CUADROS, Emilio (1976). La provincia de Chancay en la colonia y emancipación. Lima: Editorial Gráfica Industrial N. C. Tió S.A.
Crédito de la imagen: Bandera del Perú, 1820 (detalle). Cortesía: Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.
28.05.2022